Como cualquier tipo de actividad física que realicemos, el sexo consume calorías. Dependiendo de la postura, de la intensidad de la relación sexual o de la duración del encuentro, entre otros factores, quemaremos un número diferente, aunque es muy complicado determinar la cifra exacta.
Lo cierto es que, aunque el sexo es para relajarse, disfrutar, y no pensar en el resultado, si tienes como objetivo perder peso y quemar calorías, ¿qué mejor forma que hacerlo mediante uno de los mayores placeres que existen?
Por ello te recomendamos aquellas posturas sexuales más recomendables para gastar más energía y, por tanto, quemar un mayor número de calorías.
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La batidora
En esta postura la mujer se coloca boca arriba manteniendo las caderas en el aire, apoyando en la cama únicamente los hombros y la cabeza. Mientras, el hombre debe sujetarla por la cintura, con las piernas flexionadas, apoyándose sobre sus pies. Para las penetraciones deberá realizar movimientos con las rodillas.
Además de que ambos miembros realizan esfuerzo físico suficiente para quemar calorías, se puede conseguir una penetración muy profunda en esta postura.
De pie
Si mantienes relaciones en algún lugar fuera de la cama, hacerlo de pie es una de las opciones más escogidas. Teniendo en cuenta que el hombre, que es quien soporta el peso de su pareja, debe realizar un esfuerzo considerable y tener un buen nivel de fuerza, es una buena posición para quemar calorías.
Aunque en menor medida, la mujer también quema calorías en esta postura, puesto que tiene que hacer fuerzas para mantener el equilibrio y no caerse.
El puente
Si quieres quemar en serio calorías, está posición es la más óptima, aunque debemos advertir que es una postura difícil de realizar.
La mujer debe situarse enfrente de su pareja y elevarse con las piernas y brazos, hasta que su cuerpo forme un puente. Al estabilizar su cuerpo gracias a su propio peso, trabaja gran parte de su musculatura, al estar contraídos tanto los glúteos, como los muslos, bíceps, tríceps y abdominales, por lo que es un ejercicio de lo más completo.
En cuanto al hombre, éste realiza la penetración en cuclillas, enfrente de su pareja, por lo que hará un trabajo principalmente de brazos.
Si no se aguanta mucho rato así, se puede combinar con posturas cómodas y sencillas, como la cucharita o el misionero.
La sentadilla
Si te gusta practicar ejercicio, entonces probablemente conozcas como se hace una sentadilla en un entrenamiento. Pues ahora solo tienes que pasarla al plano sexual.
La persona que decida ponerse arriba, que suele ser la mujer para conseguir una penetración profunda, será la que más calorías queme, puesto que trabaja los músculos de glúteos y piernas.
La araña
Es una postura ideal, además de para crear una conexión íntima con tu pareja al estar de frente, para perder peso durante el encuentro sexual, ya que se trabajan los músculos de la zona pélvica, los abdominales y la espalda, aunque debes tener en cuenta que requiere cierta resistencia física.
Consiste en que ambas personas se sientan en la cama, con sus piernas enfrentadas, y soportando cada uno con sus brazos el peso de su propio cuerpo.
La mujer debe elevar ligeramente la cadera para que se acerque al hombre, con un balanceo. El juego de la penetración se consigue así, balanceándose ambos hacia delante y hacia atrás.
Pelota suiza
Esta posición es perfecta para los más deportistas. Se trata de utilizar una pelota de pilates en la que deberá sentarse el hombre. La mujer se sienta sobre él doblando un poco las piernas. Se trata de rebotar sobre la pelota y rodar haciendo pequeños círculos. Es una postura complicada si no guardas bien el equilibrio, pero que merece la pena si buscas gastar calorías, ya que se ejercitan las piernas, abdomen y músculos de la espalda.
La mecedora
Es una postura muy similar a la amazona o vaquera, ya que en esta postura sexual es la mujer la que monta al hombre y controla la penetración. Se practica sentada en una silla o en el borde de la cama, de forma que la mujer pueda abrazar por la espalda al hombre y aprovechar ese agarre para sus movimientos. Así, además de favorecerse una mayor intimidad y complicidad, se puede aumentar la velocidad de penetración, quemando más calorías y obteniendo un mayor placer.